domingo, 10 de febrero de 2008

De un «Panzer» a un «Leopard, por Sergio Melnick.


No cabe duda de que en nuestro país se requieren ministros del Interior muy fuertes. Eso es necesario, pero no suficiente. Por muy hábil que sea el ministro, no puede compensar a un presidente débil, lo que sí funciona al revés. Pero el juego ya está lanzado y ahora hay que galopar. La Concertación ha llorado a su querido «Panzer», mientras ve cómo un mal gobierno amenaza su existencia y perder la acogedora máquina estatal después de largos 20 años y hoy más rica que nunca. Las faltas de probidad, la mala gestión y las múltiples peloteras internas son manchas negras de la Concertación difíciles de borrar.

Con el último gabinete, la política tradicional y los operadores volvieron a la escena en gloria y majestad. Aunque no es de su confianza, Bachelet, esta vez trajo a un auténtico «Leopard». Lagos tuvo su «Panzer».

El Panzer y el nuevo Leopard se parecen mucho. Son inteligentes, hábiles y les encanta el poder. Ahora se agrega el talento empresarial. Aunque para Pérez Yoma la izquierda huele a peligro.

Desde la llegada del Leopard, la Presidenta casi desapareció de escena. Podrían ser las vacaciones. Pero entre éste y el enojoso Vidal, simplemente no le queda mucho espacio. El nuevo ministro llegó golpeando la mesa. Instruyó que nadie saliera de viaje sin consultarle. ¿Acaso los ministros no tienen suficiente criterio para decidir un viaje? ¿Había, en consecuencia, abusos o algo inadecuado? Error 1: dicho esto, se levantó de inmediato la investigación periodística, abriendo un flanco que hasta ahora no existía. Si un ministro de Estado no tiene capacidad de decidir por sí mismo la relevancia y justificación de un viaje, no debió ser ministro. La llamada de atención es un poco humillante. Pero ya están acostumbrados.

Esto fue notable, porque al lado de EFE, el Transantiago, las platas del empleo, Chiledeportes, las cárceles licitadas, Gendarmería y otras yerbas, esta nueva preocupación y acuciosidad por los viajes es casi divertida. Y eso que la Presidencia tiene ahora disponibles nada menos que cuatro aviones para sus salidas. Viva la austeridad.

Se le atribuye al Leopard el acuerdo político en la Cámara que enfureció a casi una docena de diputados. La Cámara Baja ya estaba complicada por los colorines. Pero los acallaron rápidamente: bien por el Leopard. No llevaba sino unos días e, inéditamente, Velasco el duro soltó nada menos que cien mil millones de pesos para la bencina y detener la inflación. El puente de Chacao revivió como el ave Fénix. Bitrán no sólo había determinado que no era socialmente rentable, sino que estaba sobrevalorado en 250 millones de dólares. Alguien salía ganando. Ahí mismo, en Chiloé, una licitación preparada por el MOP, frente a una protesta, se postergó de inmediato. Es decir, debemos deducir o bien que los del MOP son inútiles o que los nuevos aires indican un Leopard en acción. En el tema mapuche, se le hizo una verónica a la ley y punto. Ahora la ley es sólo “aproximada”. Me acuerdo de los «resquicios» de una muy mala época en Chile.

Los tiempos vienen duros para el Leopard. En el tema mapuche ya partió mal. La energía es la crónica de una muerte anunciada, que la Concertación nunca ha tomado en serio. Vienen resultados de varias comisiones: equidad, educación superior e innovación, que serán sólo más de lo mismo. Deberán pasar por el Congreso los acuerdos en educación ya alcanzados, lo que no está fácil por el nuevo escenario legislativo. La agenda de probidad será exigida por el país. La Presidenta viajará a Cuba a rendir homenaje al gran dictador, lo que pondrá en evidencia el doble discurso de la Concertación frente a la democracia y los derechos humanos. Vidal, como siempre, y enojado por cierto, justificará lo injustificable. La economía en ralenti, con un tipo de cambio que hacia donde se mueva mata. Si baja, mueren los exportadores; si sube, lo hará la inflación. Es probable que el desempleo empiece a subir.

La presión sindical y social será la tónica de este año. El primer round con los salmoneros no fue fácil. Está pendiente el arreglo con Codelco, cuya productividad no es especialmente luminosa, y los ministros inéditamente se pelean por los tribunales. EFE se complica políticamente cada día más, mientras se desangra en pérdidas. El Transantiago viene a su examen en abril y va a pedir unos 400 millones de dólares de subsidio permanente, que habrá que explicar a un Congreso ahora un poco más hostil. En fin, el escenario no es fácil.

En terreno se probará el Leopard, en la medida en que el dueño de la pelota lo apoye o esté lejos, quizás viajando. Las diferencias entre la Presidenta y el ministro se harán notar con mucha más rapidez de la que nos gustaría. Igual, buena suerte al Leopard.

( Este artículo fue tomado de Diario La Segunda por considerar magistral el tratamiento que da al tema don Sergio Melnick)

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