jueves, 14 de mayo de 2009

Comentario Político Semanal.



Comentario Político Semanal.


Alfredo Castro es un galán chileno progre, un actorcillo caza subvenciones, su mayor gracia fue actuar de “Tony Manero”, papel que me hizo bostezar cuando alguien me prestó la película. Castro es progre, como casi todos los galanes de culebrón. Y esta semana salió en el pasquín “Las Ultimas Noticias” diciendo que “Piñera es una vergüenza para la curtura”. Confieso mi pésima impresión con el mal llamado “mundo de la curtura” chilensis. Es tan tedioso, tan cargante, tan garbancero, tan sectario, tan autocomplaciente, tan deshabitado de genio, tan escaso de brillo, tan bajo de aspiraciones, tan flojaso de miras. Pobre arte sin público, pobre industria sin vuelo, pobres guiones sin garra, pobre pobreza de gracia, de chispa y de talento. Cuánta autosatisfacción estéril, cuánto narcisismo gratuito, cuánta presunción vanidosa de espaldas a un público hastiado de tanto artificio inútil, condenado a pagar con sus impuestos el fracaso de quienes no son capaces de motivarlo a pagar sus entradas.


Me carga el “mundo de la curtura” chileno. Se sienten los dueños de “la curtura”, pero la Cultura con Mayúscula solo nace de la reflexión y trabajo duro de hombres libres. Y para que hablar de la guevadita del Ministerio de la Curtura, esa es una expresión totalitaria impropia de sociedades libres.....hay que cerrarlo y pa juera la ministra Urrutia, que vuelva a trabajar en telenovelas nomás. Hay que revisar los centenares de programas juleros, como aquellos  tipo Fondart, plata para todos estos galanes de telenovela adictos al régimen y el año pasado descubrimos que esos fondos aportados por los contribuyentes fueron a parar también a unos picantísimos miristas narcotraficantes disfrazados de “artistas”.


Este Ministerio de la Curtura corresponde al provecho que extraen de nuestros impuestos todo un colectivo de "intelectuales" y “artistas” progre cuyo horizonte es la subvención y no la competitividad, para que hablar de ricos puestos en las embajadas, Bodenjofer, Campos y toda una pléyade han agarrado ricos puestos bien pagados en ultramar como premio por su abierto proselitismo político. Quizá crean que sus ideas, en virtud de un pluralismo "sui generis", son más dignas de recabar dinero público procedente del bolsillo de los ciudadanos o tal vez no sean más que buscadores de renta -"rent seekers"- que de su dedicación al taller literario, el teatro sin espectadores, la agitación cultural, los museos sin obras, la música sin sentido, la pantomima o el arte trasgresor y extraen el beneficio de una subvención a fondo perdido que les permite seguir adelante. Para ellos el esfuerzo y la autodisciplina no pueden ser origen del arte o del conocimiento. En realidad, esos agentes de la progresía laboran todos los días para que la cultura del monopolio no se convierta en cultura de la competencia. Más que izquierda caviar es la izquierda subvencionada. Pardon my french, pero grito: Pico pal seudo “mundo de la curtura” chilensis.

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