Me imagino que usted ya se ha mamado los sepetecientos avisos propagandísticos que terminan con aquella frasecita "Gobierno de Chile", es una embestida feroz, nada visto en los años anteriores. ¿Será necesario que nos recuerden cada cinco minutos lo "fabuloso" que es el actual Gobierno de Shile?. Esa propaganda subliminal para el candidato oficialista es evidente y quien lo niegue es un cínico completo. El bombardeo incesante es por los diarios, la tele y la radio, ¿cuanta plata será?. Son trillones de pesos que estamos financiando los contribuyentes, nos guste o no, en favor de la candidatura del Pichón de Buitre. Así que me haga el favor de no ser tan care raja de estar exigiendo austeridad. La austeridad gubernamental brilla por su ausencia mientras casi 800.000 cesantes deambulan por las calles, y ni me pregunte usted cuanto es la cesantía acá en la Quinta Región que es un verdadero horror.
¿Acaso el Care-moai se imagina que somos todos gueones? El oficialismo se está jugando el todo por el todo por su candidato, a todo costo, y no solo con esa abusiva y abrumadora campaña publicitaria sino también con viajes en el avión presidencial, reinauguraciones de obras previamente inauguradas y quizás cuantas otras actividades subterráneas en desarrollo. Ya lo dijo Eduardo, el siente que le corresponde, para él el Estado es un botín al que hay que echar mano para asegurar su control y poder seguir mamando por otros cuatro años. Y mientras despilfarran nuestros impuestos en su campaña, le pide austeridad a los otros candidatos.
Cada vez que vemos estos abusos del todopoderoso Estado nos acercamos a aquel escenario Orwelliano –personificado por el Gran Hermano, cuya intimidatoria imagen está por todas partes– El eterno régimen de la Concerta impone su voluntad a través de la propaganda permanente y la mentira orquestada a través de su fabulosa máquina mediática. ¿A visto usted el programa político del "independiente" y "serio" e "imparcial" "periodista" Guillé en TVN? Incluso hoy es difícil pensar en una novela que pueda compararse a Mil novecientos ochenta y cuatro de Orwell en su análisis de la mentalidad totalitaria. Orwell dio con las claves: el deseo insaciable de poder; el uso de la mentira masiva como sustituto de la verdad; la perversión del lenguaje; la manipulación flagrante de la historia; ya la experimentamos los más viejitos durante la intentona totalitaria de la UP.....y mirando a Guillé "conversando" con el PPD Auth esta noche de lunes es como para estremecerse de nuevo.
