martes, 7 de diciembre de 2010

Comentario político semanal y La psiquis progre, por Patricio Grez de H.


Comentario político semanal, por Patricio Grez.





El ministro Mofletín Lavín le quitó urgencia al proyecto de reforma de la educación. Me parece adecuado, para que le den más vueltas. La modificación al Estatuto Docente es demasiado tímida. Actualmente los profesores estatales son inamovibles, o sea están apernados. Con la fabulosa reforma cada director podrá despedir hasta un 5% de los profesores de su colegio, es casi la misma guevá.....



En un liceo con 20 profesores, aunque la mitad sean como el ajo, el director solo podrá cambiar a uno. Y si son menos de 20, se jodió el director, no puede despedir a ninguno.



¿Se imagina usted que las panaderías de Chilito se rigieran por un similar "Estatuto del Panadero"? Seguramente las marraquetas y hallullas saldrían incomibles, duras, con colillas de puchos adentro. Lo lógico es que los profesores estatales se rijan por las mismas leyes de todos los otros trabajadores de Chilito, no veo por qué tienen este tratamiento corporativo privilegiado que está en la raíz de los problemas de la educación chilena.



En otro tema, la concerta se negó a legislar un reajuste para el inmenso ejército de funcionarios estatales. ¿Que significa eso?...ni idea...por mí que sencillamente no les den reajuste...¿Sabía usted que el ingreso promedio en el sector estatal es superior al ingreso promedio del sector privado?..Considerando que el sector estatal vive a costillas de los impuestos que extrae compulsivamente al sector privado, me gustaría que, al igual que lo hizo Obama, se congelen los sueldos del sector estatal por al menos un par de años...¿No le parece a usted?

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La psiquis progre, por Patricio Grez de H.



Muchos en la progresía de izquierda y deresshha, no todos, se niegan a ser responsables con los valiosos recursos aportados por los contribuyentes. En su afán populista, gente como el senador Bianchi trata de comprar votos ofreciendo reajustes a los empleados estatales como si la riqueza saliera de fuentes inagotables. Muy generoso el senador Biachi, muuuuy generoso...con la plata ajena of course. Al mismo tiempo, para sujetos como él y otros del mismo toque, el mundo se acaba por escasez de espacio, alimentos o materias primas. Estos y otros aspectos hacen a muchos preguntarse si la progresía de izquierda y derecha es sencillamente tonta. No exactamente.





Usted no se equivoque, esa gente no es tonta, es mucho peor, es primitiva e ignorante, como casi todos los socialistas de izquierda y deressha. Sus ideas económicas reflejan intuiciones tan primitivas como los primeros homínidos, adaptados por más de un millón de años a una vida de caza y recolección en la que los bienes los produce la naturaleza. Esta situación empezó a cambiar apenas hace unos miles de años, cuando se inventó la agricultura y la vida urbana y los seres humanos empezaron a intercambiar bienes y servicios en el mercado, creando valor y crecimiento económico, especialmente, cuando surgió la revolución industrial y tecnológica. A partir de entonces, los bienes no se extraen en bruto de la naturaleza, sino que los producimos nosotros, con lo que empieza una revolución económica para la que la intuición con la que venimos "de fábrica" no sirve. Heredamos de nuestros antepasados los genes que intervienen en la arquitectura y funcionamiento del cerebro y, por lo tanto, heredamos la mente y las percepciones mentales, incluidas nuestras intuiciones. A la vista de esto, ¿qué intuiciones económicas traemos "de fábrica"?



Si usted ha visto el Discovery Channel, los homínidos, por más de un mishón de años, no fabricaban nada, excepto piedras cortantes. Los únicos bienes, la carne y los frutos de animales y plantas salvajes, los producía la naturaleza. Estos se apropiaban y consumían casi inmediatamente. De ahí heredamos la intuición primitiva de considerar que cualquier cosa apetecible que aparece ante nuestros ojos constituye un objeto de legítima apropiación... o de reparto a regañadientes. Para darse cuenta de ello basta observar a los niños. La noción primitiva de propiedad existía y existe, pero con respecto a lo de uno mismo, no con respecto a lo que es de los demás. La propiedad de otros era y es algo discutible para los primitivos, los niños y los no educados.



Ya que los recursos no se fabricaban sino que estaban dados por las circunstancias naturales y se agotaban localmente –de ahí la vida nómada de los hombres primitivos–, hemos heredado la intuición de que tener más significa que otros tienen menos. Por tanto, para lo más profundo de la psique de un hombre ignorante como muchos de nuestros socialistas de izquierda y deressha, los humanos no producen ni crean, sino que explotan, ya sea la naturaleza o a otros humanos.



Pero si situamos a un hombre primitivo en el mundo actual, y le mantenemos fuera de contacto con el mercado –por ejemplo dándole un asiento en el Congreso–, para él resultaría evidente que vivimos es una época con superabundancia de bienes y de riqueza a la vista de la publicidad y las vitrinas que produce el sistema de incentivos del mercado, del cual él es ignorante. En el mundo actual de relaciones anónimas, ese hombre no conocerá los méritos que ha hecho cada uno para poseer algo más que él. Tampoco conoce ni reconoce el esfuerzo que han hecho los que han fabricado ese bien tan caro que le venden. Para ese hombre, las percepciones primitivas de superabundancia y de "injusticia distributiva" son inevitables en el mundo actual.



Por resumir, es lógico que muchos de la progresía de izquierda y deressha, ignorantes e improductivos, secuestrados por sus intuiciones económicas primitivas, crean que los bienes, "los puestos de trabajo" y la riqueza vengan y vayan, como los frutos de los árboles o las manadas de animales o el mineral de la tierra. Para ellos es evidente que los ricos son ricos porque los pobres son pobres. Piensan que las cosas están mal "repartidas" y su sentido de justicia le dicta que hay que repartir esa riqueza. Ni por asomo se les ocurre que ese reparto reduzca lo más mínimo el total de riqueza disponible en el futuro. Ahora bien, por mucho que tengan, sus cosas son suyas y solo suyas.



Por eso, en el fondo muchos de los izquierdosos creen que la interminable crisis actual es un signo de "agotamiento" neoliberal, ya que la abundancia y el consumo de Occidente indica de que estamos acabando con "lo que hay", o sea la naturaleza, y que dentro de un tiempo no nos quedarán recursos, ni siquiera comida, por lo que, como en las tribus primitivas, hay que empezar a liquidar fetos, niños y ancianos, porque a la larga no va a haber para todos. Así funciona la mente de esta gente, se lo digo con conocimiento pues además de gurú tengo un doctorado en sicología primitiva con un título de Doctor Kopzglutenmeinboilgas Freudlichen Und Kleine Doktoren.

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