lunes, 25 de octubre de 2010

Comentario Político Semanal, por Patricio Grez de Heeckeren.


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El dólar ha caído como piedra y muchos exportadores están angustiados, sus costos en pesos han seguido subiendo a lo largo de los años, particularmente los asociados a nuestro rígido mercado laboral. De hecho el sector exportador ha ido perdiendo terreno y no es difícil imaginarse un escenario de quiebras de muchas exportadoras con la consiguiente cesantía.

Las soluciones pasan por aumentar fuertemente la flexibilidad laboral, disminuir las trabas estatales y ciertamente disminuir también el gasto estatal para que mejore el precio del dólar. Todas medidas muy difíciles y no se ve mucha voluntad política de hacerlo, ni en el gobierno ni en la concerta. O sea estamos en una peligrosa coyuntura para que reaparezcan los políticos de la "nueva deressha pragmática", abundantes adentro y afuera de palacio, y se pongan a fomentar y tomar mediadas "no ortodoxas" para que la Alianza "tenga alguna chance" de mantenerse en el poder y elegir a "uno de los nuestros" el 2014.

Los políticos de la "nueva deressha pragmática" podrán hacer y deshacer con o sin ortodoxia, ni usted ni yo podemos remediarlo mucho, pero permítame por favor explicarle la visión liberal ortodoxa de todo este quilombo, como la veo yo. Aquí va:

Lo primero es entender que este problema global de guerra cambiaria es solo un capítulo más de la famosa crisis que viene cascando desde al menos el 2007 y, si nos ponemos rigurosos, desde mucho antes. Y esta crisis es la del dinero "fiat". Ese dinero ya no representa ningún derecho exigible por su dueño a cargo de quien lo emite, o sea el Estado.

El dinero "fiat" solo existe por decreto estatal, por mandato de la autoridad estatal y no es redimible por cosa alguna. El dinero "fiat" (del latín fiat, "hágase") es un dinero imaginario, sustituyó al dinero real. De las tres características históricas del dinero se perdieron la de ser reserva de riqueza y medida de valor, solo quedando la de medio de intercambio.

El dinero "real" fue una creación espontánea del mercado y tras un largo proceso se cristalizó en el uso del oro y la plata por prestarse perfectamente como dinero. El patrón oro fue una constante por milenios, y cada vez que el Estado trataba de manipular el dinero, envileciendo la moneda, empezaba a quedar la cagada. ¿Sabía usted que por ejemplo entre 1813 y 1913 un dólar compraba más o menos la misma cantidad de bienes? Es que tenían patrón oro, pero en 1913 se fundo en Banco Central de gringolandia, el famoso Fed, y para el 2010 un dólar vale solo un 5% de lo que valía en 1913.

Si usted permite a los estados apoderarse de los mecanismos de creación de dinero, si les permite endeudarse a todo chancho, si usted crea bancos centrales que imprimen billetes para prestárselos a los gobiernos que se endeudan hasta el desideratum, si usted permite a los bancos centrales fijar un precio clave como la tasa de interés, en fin, si permitimos a los estados inmiscuir sus garras profundamente en el sistema monetario y financiero, entonces aparecen todas estas cagadas.

El Estado con su manejo discrecional del sistema monetario y financiero genera inmensas distorsiones, enormes cantidades de recursos mal asignados, gigantescas burbujas que al explotar crean miseria y cesantía mientras el mercado lucha por reasignar tanto recurso mal asignado.

Es por eso que hay que volver a un dinero de mercado, el oro, la plata o lo que el mercado elija espontáneamente. Y hay que cerrar todos los bancos centrales y hay que obligar a los gobiernos a gastar solo lo que recauden y ni un peso más, sin derecho a endeudarse.

Va a costar mucho llegar a eso, tal vez solo se logrará tras un colapso total del actual sistema monetario, estatizado e inundado de billetes papel confort. Y créame que hay muchos que ven tal colapso cerca, un año, tal vez más o quizás antes. Y el colapso total vendrá cuando la gente pierda totalmente su confianza en el dólar, moneda universal de facto, y este sencillamente se vaya al suelo debido al desaforado gasto estatal de Obama financiado por la desaforada impresora de billetes del Banco Central gringo.


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