miércoles, 13 de octubre de 2010

Comentario Político Semanal, por Patricio Grez de Heeckeren.



Que cantidad de cosas pueden pasar en una semana!! Y no solo lo de los mineros, que, digan lo que digan, es un porotazo para el gobierno, el presi y dos de sus ministros se han lucido. Dios quiera que en la puerta del horno no quede algún cagazo insolucionable pero sería mucha la mala cueva para esos valientes 33 compadres que están 700 metros bajo tierra.


El próximo rescate de los mineros acapara las noticias, desde la BBC, pasando por Al Jazeera, canales europeos, africanos, australianos y quizás de donde más. Sintonice usted cualquier canal extranjero en el cable y ahí está Chilito y esta epopeya estupenda. Todos, moros y cristianos, cruzando los dedos para que los 33 mineros lleguen a buen puerto.


Lo de los mapuches en huelga de hambre parece ser otra emergencia quese está superando, también gracias a las gestiones de habilosos ministros, aunque ese complejo tema mapuche seguirá penando por años y decenios.


Incluso el acuerdo por el famoso royalty, en que Larraín y Golborne se abrazaban cagados de la risa con Escalona y Lagos W. me parece que tiene un poco de sabor a contingencia. Aunque usted no puede negarme que violar por segunda vez en cinco años la invariabilidad tributaria empeora nuestra seguridad jurídica para los inversionistas.


Y aquello de que los inversionistas mineros pueden aceptar "voluntariamente" los mayores impuestos es comparable a los comerciantes de Brooklin que se veían forzados a aceptar "voluntariamente" la "protección" de los gangsters. Ya tenemos los mayores impuestos que las mineras pagan en el mundo, y estos gustitos se pagan caro a largo plazo. En este tema estoy francamente en contra de lo que ha hecho el gobierno, pero no hay nada que hacer ni pienso suicidarme.


Lo del premio Nobel para Vargas LLosa es un tema agradable. Vargas Llosa es un maestro de librepensadores. Nos ha mantenido en guardia de no hacer del liberalismo otro nido de sectarios, una religión laica más, con sus anatemas, sus dogmas de fe, sus pequeñas y malolientes ortodoxias, y sus unanimidades de borregos. Hay muchas maneras de ser liberal y una sola de ser oveja. Lo mejor de la "ideología" liberal es que esta no existe, salvo en la obsesiva defensa del individuo frente al Estado.

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