lunes, 3 de marzo de 2008

Buenos Dias Gordi.

Buenos Dias Gordi
por Patricio Grez de Heeckeren

Esta semana la Yasnita acude al Congreso a "explicar" el mega-cagazo de las subvenciones. No se puede esperar mucho pues la Comisión está presidida por el diputado DC Silverio Silber que va a hacer todo lo posible por minimizar el cuento y ayudar a su camarada Provoste. Además la Yasnita es campeona para hablar horas floridamente sin decir absolutamente nada.

Mi Gordis, furiosa por la muerte del glorioso compañero Raúl Reyes de las Farc, ordenó al ministro Goñi del MIR que envíe tropas a la frontera entre Chile y Colombia.
"No puede ser" dijo ella, "una situación de esta naturaleza amerita una explicación de Colombia a los ecuatorianos, al presidente ecuatoriano y al conjunto de la región".

Gordis querida, Gordis de mi vida...no se preocupe mi reina....yo le puedo explicar todo ya que usted parece no entender.

Ocurre que en Colombia opera desde hace mucho tiempo un grupo de narco-terroristas rojos denominado FARC. Esos bandidos están al mando de un Sr. Tirofijo Marulanda, muy amigo del gorila Chávez que lo trata cariñosamente de Manuel.

Las Farc operan violentamente en Colombia desde hace decenios pero el actual presidente Uribe los tiene bien apretados, al grado que frecuentemente tienen que apretar cachete a santuarios que tienen en los países vecinos Venezuela y Ecuador, que hoy son gobernados por Chávez y un clon de Chávez respectivamente. Y fue en ese contexto que capotó el compañero Raúl Reyes.

Como buenos izquierdosos que son, los terroristas de las Farc son campeones para venderse a si mismos como algo que no son. A base de administrar cuidadosamente las liberaciones de las personas que mantiene secuestradas, la narcoguerrilla colombiana cree que puede hacer olvidar que se trata de un grupo terrorista y que son ellos los que mantienen injustamente prisioneros a personas inocentes cuya vida utilizan a su antojo.

Es natural que los rehenes liberados se comporten con cierta gratitud hacia los que finalmente les han liberado de las cadenas, pero eso se llama "síndrome de Estocolmo" y es bien conocido en casos similares, incluso una de las secuestradas tuvo una guagua con su secuestrador. Lo que no es tan comprensible es que se acepte como algo natural que el peso de la responsabilidad de que no haya más liberaciones caiga sobre el valiente presidente colombiano, Álvaro Uribe.

Son las FARC y no Uribe quien está jugando arbitrariamente con la vida de Ingrid Betancourt, cuyo destino se decide según los cálculos de conveniencia política tanto de los terroristas como del gorila Chávez, que no oculta su calidad de abogado y mentor de la Farc. Por su parte, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, debería encontrar otros caminos más serios si quiere colaborar en la liberación de Betancourt, en lugar de sumarse a esta feria de expediciones a la selva en la que sólo juegan los que aceptan las reglas impuestas por los terroristas.

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