martes, 21 de abril de 2009

Comentario Político Semanal



   Alfredo Joignant, un extremista de hiper-ultra-izquierda, fue nominado por el Chicho Allende como capo de la Policía de Investigaciones, la que transformó en una verdadera Stazi, una Gestapo del régimen totalitario rojo-fascista en construcción. Para los más viejitos como yo, son inolvidables las constantes apariciones de Joignant en la tele, con esa care-raja "matter of fact", tirando sus chivas fétidas.
 
   Saltemos ahora al presente...¿Y que tenemos?...a Alfredo Joignant Junior, vivo retrato de su padre...la misma care-raja "matter of fact", tirando las mismas chivas fétidas, pura propaganda izquierdosa 100% odiosa y mala leche, pero lo grave es que lo hace en el pasquín La Segunda, de la cadena El Merculo del Dunny...que en la época de la UP apretó cueva con cama y petaca para avecinarse en una regia casona en Connecticut USA.
 
   Una cosa es el amor al pluralismo y otra es permitir que la completa cadena del Merculo sea dominada por periodistas progre además de darle abrumadora mayoría a columnistas como Joignant. Los editoriales de los diarios de la cadena El Merculo son más o menos de deresshha, ok, pero casi todo el resto está dominado por los periodistas progre-izquierdosos. Definitivamente, en la próxima dictadura chilena, sea esta de deressha o de izquierda...hay que tirar a cagar la cadena El Merculo, sus dueños, directores y todas esas vacas sagradas y pintamonos. Y al Dunny y familia, con la gringa incluida, hay que impedirles que se suban al avión de vuelta a Connecticut y en cambio ponerlos en otro avión hacia la paradisíaca isla Dawson, vacaciones por 20 años, irrenunciables. Ya lo dije y que!
 
  Joignant y todos los otros columnistas y periodistas progre-izquierdosos que son clara mayoría en todos los medios escritos, hablados y televisados, como Paulsen, utilizan las técnicas propagandísticas del ministro nazi de propaganda Joseff Goebbels, El Maestro...¿Quiere saber usted cuales son?...aquí van:
 
  1. Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.
  2. Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
  3. Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. "Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan".
  4. Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
  5. Principio de la vulgarización. Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.
  6. Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: «Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad».
  7. Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
  8. Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
  9. Principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
  10. Principio de la transfusión. Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
  11. Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente de que piensa «como todo el mundo», creando una falsa impresión de unanimidad

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