lunes, 11 de agosto de 2008

El ministro Cortázar

El ministro Cortázar
Patricio Grez

El ministro Cortázar, tan "generoso" el, nos quiere regalar un subsidio a los pasajes de micro de los 10 millones de chilenos que vivimos en provincia . El "generoso" subsidio que previamente hemos pagado nosotros mismos con nuestros impuestos, está condicionado a que la pérfida deressha le apruebe su despilfarro de 50 millones de dólares mensuales para el Chantantiago. 50 palos verdes mensuales son 600 palos verdes anuales, que por supuesto también salen del bolsillo de nosotros los contribuyentes. Como representante oficial de las provincias le ruego a Cortázar que mejor nos pase los 900 millones de dolaritos anuales que nos corresponden a las provincias, nosotros veremos en que proyectos invertimos esa platita.

Un verdadero genio de las finanzas el ministro Cortázar. Y un genio de los embustes y los juegos de palabras. El está recorriendo las provincias y todos los medios de comunicación explicando que la deressha es la culpable de este sideral cagazo del Chantantiago. Y detrás de él, en perfecta coordinación, sale nuestro otro gran embustero, Goebbels Vidal, apuntado su dedo acusatorio a los senadores Allamand y Novoa, pues ellos son los senadores de la deressha "dura", los de la (inexistente) "tesis del desalojo", y los verdaderos culpables de todo este increíble desastre cuyos únicos responsables verdaderos son la Reina Ricarda que lo inventó y los ineptos que lo implementaron.

Los ingenuos de nuestro país esperan que los embusteros Cortázar y Vidal se callen ante las evidencias puestas ante sus narices, pero la experiencia demuestra lo contrario: imposibilitados para argumentar, recurren a más embustes y el ataque personal. También suelen afirmar los ingenuos que "nadie se cree unos embustes vacíos", y los embusteros "se desacreditan ellos solos". Nada más lejos de la realidad. Un sector del público disfruta con estos espectáculos. Otro, mucho más amplio e ignorante del fondo del asunto, se siente impresionado por la pose de dignidad herida, el gesto de moralidad ofendida con que acompañan los embusteros sus gritos provocadores ("alguna razón tendrán", piensan). Y muchos más, intimidados, prefieren callarse y dejar abandonadas a la víctimas. De este modo la razón queda frecuentemente anulada.

El argumento claro y fundado es que no corresponde subsidiar tarifas de las micros, así como no corresponde subsidiar el precio de los plátanos, ni el precio del pan, ni corresponde subsidiar el precio de la carne molida, ni el precio de el té y ni el del café. Así no se hace política social, y el cínico de Cortázar lo sabe muy bien pues lo estudió en la universidad. Los subsidios se tienen que entregar focalizadamente a los más pobres y vulnerables, se entregan directamente y no subsidiando el precio del arroz y los porotos, ni subsidiando el precio de las camisetas y los sostenes, ni subsidiando el precio del pisco y la coca cola. Cortázar eres un embustero y un irresponsable. Hazme el favor de comprar esos pésimos contratos con los operadores del Chantantiago y luego decreta libertad de tarifas y recorridos, y tras hacer eso por favor renuncia compadre, no te quiero ver nunca más ni en la tele ni en los diarios.

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