viernes, 15 de agosto de 2008

Comentario Político Semanal.

Comentario Político Semanal
Patricio Grez

A mi querida Gordis le brotó esa vena totalitaria que nunca ha erradicado del todo de su rucia cabecita. Instruyó a todas las autoridades nacionales y regionales para que salgan con todo el peso del todopoderoso Estado a "hablar de cara a la gente" sobre "la verdad" del Chantantiago.

"Si alguien se opone, que la ciudadanía sepa quienes son y porqué lo hacen" agregó literalmente ella en tono amenazante.

Que se den por notificados los senadores que prefieran votar en contra de esta iniciativa demencial, las penas del infierno caerán sobre ellos. Mejor que lo aprueben o tendrán que atenerse a las consecuencias. Y si votan afirmativo, tal vez Cortázar les pase un pequeño subsidio permanente para los buques maniceros de su respectiva región.

Por mi parte quiero contribuir mi gota de agua para informar a usted sobre la verdadera "verdad" del Chantantiago.

LA VERDAD DEL CHANTANTIAGO

El ejercicio del poder tiende a germinar en algunas personas un cierto complejo de faraón y, en inevitable consecuencia, cada faraón trata de levantar su propia pirámide. Ya sabemos que nuestro ex-faraón Ricardo Primero intentó construir una pirámide de tres caras llamadas respectivamente: Chantantiago, Fabuloso Tren al Sur y Maravilloso Puente Colgante sobre el Chacao. Y ya sabemos también que el ex-faraón se mandó miles de millones de dolaritos de nuestros impuestos en esta fallida pirámide.

El Chantantiago fue diseñado en un escritorio entre cuatro paredes por los esbirros del faraón, a espaldas de la gente y del Congreso de la República. Al acercarse las elecciones presidenciales, el faraón, con fines puramente electoralistas, aceleró todo el proceso a contra pelo y firmó unos horrorosos contratos con un puñado de operadores, desplazando a docenas de pequeños emprendedores que operaban el existente sistema de micros amarillas. Muchos de esos pequeños emprendedores se fueron a la ruina e incluso el suicidio.

Una vez en el poder, mi Gordis dio el vamos al Chantantiago, sabiendo que no estaban listos, y solo por cuidarle las espaldas al faraón que la ayudó a ser elegida con la intervención electoral más brutal desde el retorno a la democracia. El Chantantiago partió aquel fatídico día de Febrero del 2006, generando incontable sufrimiento a millones de peatones de Smogtiago y además perdiendo siderales sumas que hasta la fecha han tenido que ser financiadas con los impuestos pagados por los contribuyentes de todo Chilito, incluyendo los más pobres.

Aparte del desastre para los peatones de Smogtiago y aparte del desastre para la caja fiscal, el Chantantiago ha sido un desastre político de enorme magnitud para la Concerta, y no se engañe usted, el desastre político es el único que realmente les importa. Es por eso que desde un comienzo intentaron culpar a la deressha, al sector privado, al sistema binominal, al voto de los residentes en el extranjero, a Pinoshé e incluso al "modelo neoliberal". Pero el daño político no lo han podido morigerar, lo que los desespera, y por eso inventaron esta nueva cuchufleta del subsidio permanente.

Según confesión del ministro Cortazar, el Chantantiago necesita una tarifa de $650 para financiarse lo que implica un subsidio de $270 por pasaje para mantenerlo en los $380 actuales. Esto hay que compararlo con el subsidio de $30 a $50 por pasaje que Cortázar ofrece para las tarifas de micros en provincia, y solo para las ciudades con más de 50.000 habitantes. No hay que ser economista para ver la increíble injusticia con los chilenos que vivimos en las provincias, sobre todo considerando que el 75% de los pobres de Chile viven en Regiones.

Pero lo más grave es que subsidiar tarifas y precios de bienes y servicios es la peor manera de hacer política social, fuente de innumerables y malignas distorsiones económicas y múltiples injusticias sociales. Llevamos más de 30 años de políticas sociales aplicando la manera correcta y justa de administrar subsidios, con subsidios a la demanda, que son entregados en forma directa y focalizada a los más pobres y la gente de clase media y que los necesitan. Cortázar que es economista lo sabe muy bien, pero le importa un carajo, pues su único y verdadero objetivo es tratar de tapar lo mejor posible este enorme cagazo, con un cinismo escalofriante, que disimula con habilidad.

Con esta cuchufleta del subsidio al Chantantiago Cortázar quiere hacer magia. Todo aquel que no sabe qué hacer quiere lo mismo. Está en lo más profundo del ser chilensis. Es más fácil confiar en un milagro súbito que trabajar responsable y abnegadamente cada día y atenerse a un rumbo trazado con honradez. Cortázar necesita la magia para salir airoso de la trampa en la que él y la Concerta solitos se han metido. En un escenario de como el actual le están venciendo la deudas que insensatamente aceptó cuando todavía no pintaban. Eso no se arregla con tanta demagogia y matonaje totalitario con que Cortázar pretende hacer que hace lo que no hizo cuando debiera haberlo hecho.

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