jueves, 27 de mayo de 2010

Comentario Político Semanal, por Patricio Grez de H.

Tengo un problema con el ministro de la Salud, Sr. Magalich. Por todas las declaraciones que ha hecho desde que asumió, lo veo muy estatista, pese a que viene del sector privado. Lo único que parece ocupar su cabeza es inventar nuevos impuestos a las hamburguesas, al copete, a las papas fritas, las longanizas, chunchules y prietas. Debe ser muy entretenido inventar impuestos pero el ministro debiera concentrarse en las pegas duras de su ministerio. Y sabemos que la pega más jodida es lidiar con esos dinosaurios del inmenso y monstruoso sindicato apernado de traaajaoooores estatales de la salud de su gigantesco ministerio Soviet Style.

Ahí está el hueso duro y hay que abordar ese enorme problema por todos los flancos, con subsidios directos a los pacientes pobres y clase media necesitada para que elijan entre salud privada o estatal. Con concesiones para todos los hospitales nuevos, incluyendo los destruidos por el terremoto, concientizando a la población sobre la necesidad de que la plata que ponen los contribuyentes para la salud tiene que ser optimizada, gústele o no a los sindicatos estatales apernados.

Ya vemos al guatón Martínez de la CUT justificando protestas, tomas y acciones de fuerza de los sindicatos estatales. Es un tema muy difícil pero no se puede ceder ante acciones de fuerza y la opinión pública debiera ser alertada sobre este verdadero problema estructural de nuestro Estado que está virtualmente capturado por poderosas mafias sindicales que por un quítame estas pajas amenazan con tomas, paros, incendios y guerra atómica. Estos sindicatos estatales apernados, pagados por los contribuyentes por supuesto, están solo preocupados de asegurar sus privilegios y les importa un bledo la población de gente pobre y clase media necesitada a la cuales supuestamente sirven.

Estos "servidores públicos de los pobres" agrupados en poderosos sindicatos monopólicos, agresivos y amenazantes, constituyen un verdadero Frankestein creado por 20 años de políticas clientelares de la Concerta y estaría bueno amarrarse los pantalones con un riel y enfrentarlos, con la opinión pública previamente concientizada. Y si quieren parar y hacer incendios, que se atengan a las consecuencias legales, y mientras tanto ningún peso para ellos y toda la plata para los usuarios, gente pobre y clase media necesitada, para que puedan adquirir sus servicios de salud y educación donde quieran, es que no paga ser tímido cuando hay que enfrentar a los dinosaurios.

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