viernes, 12 de junio de 2009

Comentario Político Semanal.


En clara concordancia con la suerte que aflige a la progresía europea, que va en franca caída libre a juzgar por las últimas elecciones, la progresía shilensis también pasa por difíciles momentos. Desde las municipales y viendo cada encuesta, la realidad chilena ha embestido a la Reina indiscutida del progrerío criollo que insiste con contumacia en su superioridad moral. Usted sabe a quién me refiero, si, a ella, la Reina Ricarda. Pero la realidad no sólo le ha roto las ínfulas mayoritarias de las que hacía tanta gala, sino que ha dañado seriamente su necia vanidad de “capitán planeta”. En democracia, todo cuanto no es Constitución y ciudadanía resulta provisional y de ahí el encanto del perfume a derrota de las privilegiadas elites de la Concerta gobernante que llegaron a creerse amos del universo y reyes de la cumbia.

Mientras una parte de la centro derecha chilena, fiel a su tradición autodestructiva, todavía se enreda en pelotudeces, la campaña de Piñera avanza bien, para mi gusto al menos. Me parece el descueve ese bus destartalado con los hijos del candidato que recorren alegremente el país llamando a los jóvenes a inscribirse. Pues la inscripción automática sencillamente no va a salir a tiempo, el gobierno de la Concerta se encargó de empantanarla tras descubrir que las encuestas de los no inscritos favorecen a Tatán, es la mano calculadora de Rasputín Viera Gallo. Y la presencia de Tatán en la ceremonia del Morro de Arica me pareció un golazo de media cancha. Reclamaron y ladraron, como le diría el Quijote a Sancho.

Lo importante está en los estados de opinión, en las tendencias. La campaña del Narigioncete Frei se ha empantanado en la crisis, ha malgastado sus trucos, incluso convocando al Capitán Planeta cuya llamada a la movilización del miedo a la pérfida y egoísta deressha “neoliberal” no va a surtir efecto, porque el chilensis medio, modelito 2009, no es gueón, ya no le meten cuchufletas tan fácil, y no olvida las toneladas de mentiras y engaños de la Reina Ricarda.

Lo que está cambiando son las percepciones de la opinión pública. Es probable que en los próximos actos públicos a los que vaya Tatán empiecen a aparecer personajes “influyentes”, incluso del “mundo de la curtura”, traficantes de influencias, aduladores de oficio y toda esa amalgama cortesana especializada en orientarse por el perfume del poder. La imagen del triunfo proporciona aureola y la aureola otorga credibilidad. La Coalición por el cambio destila aroma de alternativa real. El Gobierno y su candidato lo saben y, digan lo que digan, lo temen. Y para más remate, Eduardo corre serio riesgo de ni siquiera pasar a segunda vuelta pues Marco Enríquez calienta mucho más.

El desafío de la Coalición por el Cambio consiste ahora en administrar en forma óptima lo que queda hasta Diciembre. Las mayorías se construyen así, sumando expectativas, elaborando propuestas, actuando con el aplomo de quien está seguro de lograr llegar al poder mañana. Nada de eso garantiza el vuelco, pero ya tampoco está escrito en mármol que la Concerta sea una desgracia eterna y obligatoria.

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